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El restaurante OKU nos preparó un delicioso Omakase, un menú de degustación de 13 tiempos. Durante los primeros siete todos los presentes —comensales, meseros e incluso el staff de la cocina— tuvimos tapones de oídos y no podíamos hablar. Así experimentamos lo que una persona sorda siente cada vez que va a un restaurante con más gente. Fue interesante ver las diferentes maneras que la gente usaba para comunicarse con otras personas en sus mesas y con los meseros, quienes también se organizaron para que a pesar de no poder hablar todo estuviera servido a la perfección.

Después de una hora de silencio suspendimos la dinámica para poder comentar la experiencia. Un comentario recurrente fue que se sintió como si el tiempo pasara mucho más lento. También se dijo que la mayoría de la gente utilizaba su celular mucho más que en los momentos en los que puede oír y hablar. Las personas se sintieron alejadas unas de otras a pesar de estar sentados en la misma mesa. Esto nos hizo reflexionar sobre cómo una de las más grandes desventajas de ser sordo es el aislamiento de tus seres queridos y la sociedad.

Al final de la noche Teffo Coppola, que nació sordo pero lleva casi 17 años con implante coclear, nos entretuvo con un stand-up comedy en el que nos contó acerca de las ventajas de ser sordo. Nos hizo disfrutar y reír mientras saboreamos un delicioso postre preparado por Odette Cuisine.

OKU Prado Sur 125, Lomas – Virreyes.

Link a artículo de Quien.com:

https://www.quien.com/circulos/2019/10/31/cena-en-silencio-de-fundacion-amoir#pid=slide-0